Quiero que sepas
Quiero que sepas
que me dejé la piel en todas las batallas,
incluso aquellas
en que acabé rindiéndome.
No soy mejor soldado
que el enemigo acérrimo.
Mas tomé mis armas,
me batí en duelo
con el vacío oscuro de mi foso.
En más de una ocasión,
te lo confieso,
caí vencido al suelo.
El celo que le tengo a tu castillo
me hizo no obstante reparar el vuelo
y, como el ave fénix,
siempre hubo un nuevo intento.
Quiero que sepas
que el amor que te tengo
me puso de rodillas a rezar
a un dios que no creía
en guerras desalmadas
ni en el pánico.
Y fue la valentía
de dejarte el legado de mi lucha
la que me puso en pie
y gritó:
¡FUEGO!
Y luego oí otra voz decir:
Confía…
Y en ello estoy, amor.
Que nadie diga
que fracasé.
Pues no hay hazaña
que por ti no acometa,
ni osadía
que por ti se resista.
Quiero que sepas
que quise hacerlo bien aunque fallara
y puse la intención
en cada madrugada de tu tiempo.
Pues no hay mayor valor que el de intentarlo
después de haber perdido la batalla.
Eso es amor también: Quiero que sepas.
Lo dicho, no conocía la vertiente de poeta, lo anoto, lo anoto...
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