A mi hiedra

 De lejos eres tan sólo una intuición,

un eco,

un déjà vu.

Cuando ya veo tu sombra,

tu silueta se hace hueco en el espacio de mi umbral.

Titubeas,

tengo miedo,

y tu duda se vislumbra a contraluz.

Al final trepas mi cama.

Tu mejilla se agazapa,

como un beso,

en mi garganta.

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