Al hijo que no tuve

Al hijo que no tuve


le he comprado un palacio para,


cuando yo muera,


me entierre en sus jardines


y escriba en mi epitafio


lo mucho que me amó.

 

Al hijo que no tuve


le he escrito mil poemas.


Así,


cuando yo muera,


tendrá sus moralejas


guardadas en un cofre de madera.


Recetas en verso de la vida


para el mismo pecado cometer


y que pueda la gente murmurar:


- Es igualito que su madre.





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